lunes, 30 de noviembre de 2009

Tú, leviatán

Dios mío, lo he intentado pero hacerse un segundo blog es casi tan difícil como volver a enfermar. Estoy dejando de odiar a Aggy, porque creo que no tiene la culpa y que en el fondo todos se están aprovechando de ella, además ya no es rubia y hace menos el tonto y parece que está madurando, al menos de cara. Será por los buenos tiempos, o porque empieza Diciembre y el tiempo de paz. En el fondo ella me da lástima, y eso es todo el amor que le puedo dar.


A la que voy a tener que empezar a odiar es a otra Laura, porque estoy descubriendo cosas que me hacen pensar muy mal de ella.. mientras, que se vaya con sus amigas y con su pelo, que yo me quedo llorando y pensando en cristal para variar. La que me vuelve loca es Pixie, Pixie y su barriguita, la barriguita de Pixie. Ayer la vi con el pelo largo y pensé que me moría. Estaba guapísima, hablo en serio.


Ahora mismo estoy animada, no sé si es por Diciembre o por el Purple o por yoquesé pero parece que no falta tanto para Navidad o para arreglar las cosas. Si he podido perdonar a Aggy y deshacerme de Abi será que no soy tan débil, o a lo mejor sí.

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